Cuando Manzanares me dijo en el patio de cuadrillas de Olivenza que este año cumplía los diez años, me llamé viejo. Porque no hace tanto que estaba en la matinal de un día de sol viéndole torear de novillero y no hace tanto le vi en un festival por donde lo de Daniel Ruiz, y no hace tanto andaba mi amigo y sin embargo alto y grande Juan del Val, uno de esos aficionados de talento, loco por el novillero sin caballos que era Manzanares. Hace un cuarto de hora que son diez años.
