El Ayuntamiento de Utrera le ha asestado una puñalada en la ingle a la fiesta de los toros. El atentado se ha perpetrado en una de las localidades más taurinas de Andalucía.
El Ayuntamiento de Utrera le ha asestado una puñalada en la ingle a la fiesta de los toros. El atentado se ha perpetrado en una de las localidades más taurinas de Andalucía. La decisión que prohíbe la entrada a los niños menores de siete años es más dañina de lo que a simple vista pueda parecer. Matando el embrión se impide que nazca la espiga. Es una especie de ley del aborto de la Tauromaquia. Así empezaron en Cataluña y hoy en la arena de La Monumental de Barcelona y en las plazas de Tarragona, Gerona y Figueras crece la grama. Quizás haya llegado la hora de la movilización popular. ¿Pero cómo se puede esperar la defensa recia y decidida de sus tradiciones, de un pueblo que se ha tragado sin rechistar el latrocinio de los ERES y ha seguido votando a quienes lo esquilman? Y que para mayor escarnio ahora, además, le quieren arrancar sus raíces.
Pero las puñaladas que más duelen son las que vienen de dentro. Por ejemplo; ¿Cómo hay que valorar que David Mora saliera en hombros de Gijón el pasado año y este no figure en los carteles? ¿Quién tiene interés en que David Mora no se abra camino, pese a los grandes esfuerzos que está haciendo los últimos años? Eso también es apuñalar la Fiesta. Menos mal que en Albacete, seguro que la nueva empresa Lozano-Caballero-Amador será sensible al buen cartel que tiene el de Borox en esa plaza. Y allí lo veremos, como vamos a ver a El Juli y a todos los grandes, pese a lo que muchos agoreros vaticinaban.
