Escribo desde Alicante. La noticia de la semana, mala noticia, ha sido el parte de baja de José Tomás. El rechazo de una maldita y mínima placa a tan egregio pie ha desvelado el misterio del año, no será ni aquí ni allá, no habrá reaparición esta temporada, a la vez que ha dado al traste con las expectativas de aficionados, empresarios, hosteleros y demás empleos inducidos que genera la presencia del torero de Galapagar. La agitación tomasista, tan necesaria en estos tiempos, vuelve pues a los cuarteles de invierno. Habrá que esperar. Calmen pues sus pulsos antis y fieles. Será para bien como se suele decir en casos así.