Como si nada hubiese ocurrido, Iván Fandiño ha vuelto a los ruedos en son triunfal. La desgarradora cornada del 22 de mayo en Las Ventas sólo ha servido para escribir con letras de oro una nueva página en la trayectoria de este torero tan distinto y tan puro. Hoy como ayer. Todo olvidado y dispuesto al reto de cruzar las rayas rojas todas las tardes. Camino recto, la encrucijada y la obligación del éxito para ser quien es y para seguir gritando que es un ser libre. Ahora llega Pamplona, máximo reto. Dos tardes, dos nuevas ocasiones de marcar las diferencias y de asentarse donde ya está: entre los grandes.
- “Cuando abra la puerta grande de Madrid será difícil que tenga la sensación de libertad que tuve aquella noche de la cornada en el hospital”
- “Soy un torero que está obligado a triunfar todas las tardes. No tengo otro camino ni me queda otra salida. Necesito el triunfo muy de cara”
- “El toro tiene que transmitir para que tenga importancia todo lo que se le hace. Eso sí, también debe ser un toro para tener la mente abierta y estar con los cinco sentidos”
- “Poco a poco las cosas van cambiando y parece que los carteles se van abriendo, pero no me preocupa otra cosa que no sea yo mismo. El destino sabrá lo que me tiene preparado”
- “Hay que volver a ponerse en ese sitio donde el toro te hirió y hasta que no lo consigues no te liberas por dentro. Las cornadas sirven para marcar diferencias y la gente quiere verte donde los toros cogen”