Una tremenda corrida de Victorino, de las de antes, de las de Victorino el viejo, fuerte, dura, brava, encastada, nada fácil, ni los que se calificaron como buenos ni los otros; unos embistieron con las del Beri (que se lo pregunten a Ureña), otros/todos pidiendo mando y firmeza, una simple duda era una ruina
Foto: Javier Arroyo
