"Pasé la noche con mucho dolor y molestias", reconoce.
El novillero mexicano Santiago Fausto ha pasado una noche difícil en la Clínica de la Fraternidad de Madrid por el malestar y el dolor producidos por el percance que sufrió ayer durante su debut en Las Ventas. El sexto novillo le dio una cornada de 30 centímetros en la cara interna de la pierna derecha al realizar un quite.
"Pasé la noche con mucho dolor y molestias por la cornada y también con la espinita clavada por no haber redondeado la tarde en Madrid en mi presentación. Me siento contento por haber cumplido uno de mis sueños, el estar en Madrid no lo cambio por nada pero yo me preparé muy fuerte para triunfar y para abrirme camino", relata el joven espada azteca.
Desgranando la tarde, señala: "Con mi primero me sentí a gusto toreándolo a la verónica pero ya con la muleta, aunque el novillo tenía nobleza, empezó a ir a menos, siendo incómodo, derrotando y enganchándome la muleta y luego se me complicó con la espada. Mi segundo fue un novillo serio de más de 520 kilos y consciente de lo que me jugaba salí a darlo todo con actitud. La gente estuvo muy amable conmigo ya que se dieron cuenta de que el novillo era deslucido y traté de meterlo en la muleta disfrutando por momentos. Al final de nuevo se me complicó la espada… No sé si hubiera podido cortar una oreja pero al final hice mi mejor esfuerzo".
Una vez el éxito no había llegado, "no me quería ir así de Madrid, así que decidí hacer el quite que me correspondía en el sexto y me la jugué y vino el percance", apostillando: "Sé que las cornadas en Madrid tienen a veces su recompensa pero yo venía a triunfar y me quedo con la espina clavada y con muchas ganas de regresar y poder mostrar mi toreo. Por ahora los doctores me dicen que la herida tardará en sanar por lo menos tres semanas".

