El matador de toros César Jiménez ha regalado a su poderdante, el novillero Francisco José Espada, un vestido muy especial. Se trata del terno que lucirá el joven espada en su actuación de este domingo en la plaza de toros de Acho, donde está anunciado junto a Mario Alcalde y Emilio Barrantes para lidiar un encierro de Santa Rosa de Lima.
Hablamos del vestido rosa palo y oro que Jiménez estrenó unas Fallas de 2002 en Valencia -abriendo la puerta grande- y utilizó después en tardes tan especiales de ese mismo año como su actuación en solitario con seis utreros de Fuente Ymbro en Madrid -cuando también salió a hombros-, su despedida novilleril en la Maestranza de Sevilla -donde cortó una oreja a un novillo de Manolo González- o su segunda actuación como matador de toros en Nimes, donde cortó tres orejas de un encierro de Jandilla y abrió la Puerta de los Cónsules.
El terno, confeccionado por la sastrería Fermín, brilló por última vez aquel mismo 2002 en Lima, cuando un astado de San Mateo al que el torero terminó cortándole las orejas lo dejó hecho trizas en una aparatosa voltereta. Aquel día, primero de diciembre del año de la alternativa, Jiménez mandó a su mozo de espadas que guardase el vestido tal y como había quedado después de la corrida, entrando a formar parte del grupo de ternos que el matador guardaba entre sus más preciados recuerdos.
Sin embargo, ahora ha decidido regalárselo a Francisco José Espada, paisano suyo de Fuenlabrada a quien apodera, regresando el vestido este domingo -once años después- al escenario donde pareció que había acabado su vida torera: el bicentenario coso de Acho.
El terno rosa palo y oro, enfundando los cuerpos de Jiménez -izquierda- y Espada -derecha-.
