Le veo y le escucho hablar y me alegra que el viejo gran taurino vuelva al campo de batalla y empiecen a bullir sus ideas de cara al futuro. José Antonio Martínez Uranga, el último de los grandes clásicos de la empresa y el taurinismo de la época dorada, dijo en la radio una noche su sentencia y fue como un trueno: “Esto se acaba”, y el silencio pesó como una losa.
