Una tarde poco afortunada en San Isidro ha marcado la campaña de Eduardo Gallo. Lo admite y lo reconoce ahora, como lo hizo entonces. Pero se levantó, buscó lo mejor de sí mismo y en la feria de Salamanca triunfó con fuerza tras firmar su mejor actuación en La Glorieta. Reivindicación de un torero que crece a fuerza de madurez. No ha sido un año espectacular de resultados, pero sí de superación personal y de fortaleza mental para sortear los imponderables del destino y salir victorioso de ellos. En cosos menores como Burgo de Osma, Ledesma o Sepúlveda, dejó huella y cuajó faenas que le llenaron de moral de cara a lo plasmado en su tierra salmantina.
- “No se puede tolerar que se toree por debajo de unos mínimos y que no te llegue ni para pagar a tu cuadrilla ni para comprarte una muleta”
- “Después de Madrid estuve un mes sin salir de casa. Aposté por reciclarme y buscar lo mejor de mi toreo dentro de mí”
