Era, y todavía puede ser, el invierno clave para parar la avalancha de peligros que se ciernen sobre la Fiesta. Era el momento clave para quitarse la venda de los ojos y ponerse las gafas de ver la realidad. Y ésta nos lleva diciendo, con alarma incluida, que o espabilamos o nos pilla el tren de la crisis del sector.
A estas horas vamos a ver si la cordura reina en Sevilla entre los unos y los otros; y bajamos al nivel del suelo real y no añadimos más problemas y nos dedicamos a resolver la base del problema gordo.
