Ha sido una temporada medida pero significativa, pues además de puntuar en la mayoría de los feudos en los que ha sido contratado y ante ganaderías de exigente catadura, Luis Bolívar ha dejado ver delante del toro el poso y el reposo de sus diez años de alternativa, una década como matador que celebrará el curso próximo como figura en América y como torero con credibilidad y futuro a este lado del Océano.
- “Mi situación actual no está para estar relajado, por eso hay que atacar cada tarde y estar por encima de las condiciones de cada toro”
- “En América alimento mi alma torera. Allí mato un tipo de toro que me sirve mucho para desarrollar mi toreo. Espiritualmente, América me sirve mucho”
