Navidad, tiempo de paz. Menos en el mundo del toro. Somos pocos pero mal avenidos. Y no parece lógico porque cuando suenan tambores de crisis añadimos los tambores de la guerra. Hay un momento en que quedan tantas cosas por hacer y solucionar y nadie mueve un dedo, que el conflicto, veto, órdago o como se llame, lo de los cinco grandes y posiblemente uno más (como ha explicado en oportuno artículo Paco Mora) contra Canorea, al que se le calentó la boca y merecía una respuesta, apenas ya nos inmuta. Pero volviendo al tema: si Canorea merecía una respuesta seria y contundente en lugar de eso, que se entendería, han soltado una bomba con cargamento químico en sus entrañas.
