Harto, jarto, ahíto, vaya empacho, hasta la coronilla… cualquier expresión sirve y hasta se queda corta a la hora de situar el estado de ánimo de los aficionados, al menos el mío y el de otros muchos, respecto a movidas, contubernios, la expresión parece que sigue vigente, lobbies y demás cuestiones de estrategia comercial que alguno, algunos, pocos, ingenuos, quieren revestir de acción reivindicativa contra los males del toreo. No es verdad. Es interés personal y comercial. Seguramente lícito pero nada más. Me refiero, claro, a la movida de Sevilla o anti Sevilla. El interés general se sitúa más allá de las expresiones más o menos afortunadas o nada afortunadas de un empresario, pasa por no evitar las grandes ferias, por no participar en esas mascaradas americanas a las que tan dados últimamente son nuestros grandes toreros. En esa cuestión los documentos gráficos son de una evidencia aplastante, tanto que hacen innecesarias las crónicas. Los ves y te haces cruces. Las mismas que le están poniendo al toreo. Barcelona, San Sebastián, Tarragona… ¡si hubiese habido interés!...
