Sabiduría, trabajo, respeto y pasión por el toro bravo, esas son las pautas que definen el trabajo de Salvador Domecq Sainz de Rozas y que heredó de su padre, el gran Salvador Domecq Díez. Palabras mayores. Un toro proporcionado en hechuras y bravo en su comportamiento, definido siempre por su clase y por su capacidad para desarrollar fondo en la muleta. La ganadería de Toros de Salvador Domecq comenzó su andadura en 1998, perpetuando un tesoro genético y personal que permanece vivo en las primeras estribaciones del Siglo XXI. Tras años de dudas y dificultades para los ganaderos, la luz del sol aparece en el horizonte. Toca hacer frente al futuro...
- “Hubo meses atrás en los que la salida más sencilla era la rendición. Resistes porque en mi caso este es un tesoro genético que viene de mis abuelos y no quisiera que terminase conmigo”
- “El toro se define por dos aspectos esenciales: las hechuras y la bravura puesta en valor por medio de un comportamiento que no es otra cosa que el concepto que persigues”
- “La raza es bravura y para conseguirla el toro debe tener movilidad, fijeza, clase, fondo... Pero la línea entre la raza y el genio es débil y en ocasiones incluso depende del torero”
- “La bravura se muestra durante toda la lidia, no se puede prescindir de aspectos esenciales en la selección. Según mi opinión, el caballo es importante pero no determinante”
(Foto: Arjona)
