Con diecisiete años de alternativa y más de doscientas corridas de toros estoqueadas, el manchego Aníbal Ruiz decidió este invierno que tocaba afrontar su última temporada en activo. Ejercicio de madurez del diestro de Alcázar de San Juan que presenta una hoja de servicios cargada de hombría y dignidad.
Con diecisiete años de alternativa y más de doscientas corridas de toros estoqueadas, el manchego Aníbal Ruiz decidió este invierno que tocaba afrontar su última temporada en activo. Ejercicio de madurez del diestro de Alcázar de San Juan que presenta una hoja de servicios cargada de hombría y dignidad. Más de tres lustros de sacrificio, de experiencia, de objetivos cumplidos y también truncados. Se va sin esperar nada a cambio. Sin cuentas pendientes. Tan enamorado de su profesión como siempre. Asegura que ha llegado el momento. Nada más. Espera poder decir adiós en su tierra, sus plazas; y en lo más íntimo anhela un último paseíllo en Las Ventas.
- “Me considero una persona realista y prefiero irme dignamente que no verme un día parado en mi casa. Dicen que en la vida y en el toreo cada uno está donde tiene que estar y seguramente será cierto”
- “¿El mejor recuerdo? La oreja en Madrid en 2006 a uno de Prieto de la Cal. Si ese día no pasa nada me hubiera cortado la coleta”
- “El toreo me ha dado educación taurina y formación personal”
(Foto: Julio César Sánchez)
