La espada impidió a Alejandro Talavante abrir la puerta grande en la decimoséptima de San Isidro tras cuajar al natural al excelente quinto de Juan Pedro Domecq. El torero extremeño se expresó así en los micrófonos de OneToro TV tras haberle cortado una oreja:
"Tenía muchas ganas, sobre todo después del primero, que se puso tan brusco, y no lo he querido gastar con el capote porque sabía que con la muleta me podía servir. Ha sido una pena que la espada haya caído baja, porque le hubiera cortado las dos orejas. En este San Isidro me está recibiendo la plaza con un cariño especial y me encuentro muy feliz".

