Ha recuperado la confianza suya y ajena. Tras más de dos décadas en la profesión, Finito vuelve a ilusionar. Ahí están los hechos. Atrás quedaron las metas, los objetivos, las carreras, las prisas, los contextos. Ahora vive en libertad. El tiempo ha forjado un torero con la clase de siempre pero madurado con los años, puntal del clasicismo y del toreo más hermoso que es el que parte de la raíz misma del alma. Sin concesiones a otra cosa que no sea su instinto. Un lujo de torero. Para paladares exquisitos.
- “Por cuajar toros como los de Valencia o Castellón es por lo que merece la pena ser lo que uno es. Los sueños son sueños y esas faenas lo fueron. Lo más bonito del toreo es soñar y recordar ese sueño siempre”
- “La afición ha sido mi secreto. Dicen que no he querido, pero a lo mejor no he podido. Pero cuando un toro me lo ha permitido sí he podido y he querido”
- “Hace dos años me daban por retirado. Hubo hasta quien tuvo la osadía de decir que venía el año pasado a pasar el guante de la retirada. Esos señores que decían eso ahora tienen que doblar y darme la razón”
- “Me duele Córdoba, pero no me voy a arrastrar”
- “Una presión muy marcada en mí es el miedo. Ese es muy jodido. Y no sólo hablo del miedo a perder la vida, es más duro temer el fracaso”
- “Hay quienes parecen querer la tragedia a la belleza y eso no puede ser. La tragedia ha pasado a la historia o debería pasar”
(Foto: Arjona)
