Una ganadería que ha representado durante muchas décadas un legado familiar y que lleva dos años en manos de los más jóvenes de la casa. Con Javier Soto como timonel de un barco en el que también navegan sus primos, esta divisa sevillana encara el futuro bajo las pautas que han servido para recorrer el tiempo con seguridad y buenos resultados. Nobleza, calidad y un tipo de toro bajo, bien conformado y reunido. Bajo la vereda del encaste Juan Pedro, esta ganadería labra un futuro de esperanza. Las nuevas manos han apostado por corregir los déficits y ahondar en buscar una embestida brava por definición.
- “La sangre que procede de Juan Pedro es la que mejor capacidad de adaptación tiene para su crianza y para poder imprimir los gustos del criador y a la vez es la que más salida tiene al mercado. Es un toro muy de esta época”
- “Nuestra ganadería tiene dos grandes virtudes, la nobleza y la clase. Sobre esos dos pilares creemos que se puede construir un buen proyecto. Sin embargo, hay que solucionar la falta de fuerza. Estamos por el buen camino”
- “Buscamos un toro que entre por los ojos por su belleza y ayude a la creación artística que es el objetivo último de este espectáculo”
- “Las corridas que hemos lidiado este año han salido buenas y con clase. Nos hace ser muy optimistas sobre el futuro de la ganadería”