Tras tres temporadas corroborando su entidad como novillero y logrando triunfos de relevancia que le han labrado crédito y confianza entre profesionales y aficionados, al valenciano Román le ha llegado la hora de tomar las borlas como licenciado en Tauromaquia. El Juli, de padrino, y Sebastián Castella, de testigo, frente a una corrida de Garcigrande. La cita en el Coliseo de Nimes, escenario histórico de grandes alternativas. 7 de junio. Llega con el ambiente propio de haber cortado una oreja en Madrid en su debut como novillero en Las Ventas. Ahora iniciará un nuevo tiempo.
- “Cuando empezaba quería torear en la desencajonada de Valencia y me quería parecer a El Juli. ¿Cómo iba a pensar yo que ahora me iba a dar él la alternativa?”
- “La de San Isidro era la tarde de demostrar quién es Román. Y di con la fórmula de entrar en Madrid”
- “Llega lo bonito y lo complicado a la vez. Vendrán las miradas de los patios de caballos, la competencia, las necesidades... Pero me motiva mucho eso. No me asustan los retos”
- “En Fallas no fui yo. Todo el mundo pensaba que iba a ser el triunfador de los novilleros y luego todos se llevaron un chasco. Todo lo que ocurrió en Valencia me sirvió para poner los pies en el suelo”