Ya es seguro que José Tomas estará en carne mortal en Granada y en León, parece que hará el paseíllo dos tardes en la Feria de Málaga y todo apunta a que salvará este año también la Feria de Julio de Valencia...
Ya es seguro que José Tomas estará en carne mortal en Granada y en León, parece que hará el paseíllo dos tardes en la Feria de Málaga y todo apunta a que salvará este año también la Feria de Julio de Valencia, como en el de su reaparición después de la cornada de Aguascalientes. Por las plazas en las que va a torear se ve con claridad la importancia de Simón Casas en esas comparecencias. Va siendo hora de que quienes le niegan el pan y la sal al productor franco-español hagan examen de conciencia y reconozcan que en él hay un empresario de primera magnitud, que oye crecer la hierba y logra lo que los demás solo se atreven a desear.
Porque, las cosas como son: ¿Qué empresa no aspira a tener al torero de Galapagar en sus plazas? Porque José Tomás podrá gustar más o menos, pero que su nombre es dinero al portador, quien lo niegue o no es de este mundo o San Apapucio obispo, patrón de los betuneros, debería cuidarle la vista porque lo que es San Lucía nada tiene que hacer con ella. Ya sabemos que sin JT la temporada sigue andando y no pasa nada –bueno, pasa que se mueven un puñado de millones de euros menos- pero ¡hay que ver qué empujones les pega a las taquillas, a las agencias de viajes, al comercio, a la hostelería, bares y toda clase de chiringuitos el hierático torero a poco que aparece su nombre en los carteles!
Por eso no me extrañaría ver algún día a cualquier empresario taurino, arrodillado en un rincón de su plaza vacía, acompañado por las fuerzas vivas de la población, rezándole “sotto voce” a uno de los pocos santos laicos capaces de hacer el milagro del pan y de los peces en la actualidad: “José Tomás, que estás en los cielos...”.
En cualquier caso, la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Al contrario que José Tomas, que también llega con la primavera pero este sí se sabe cómo; de la mano de Simón Casas. Este tío pone un circo y le crecen los enanos.
