N o soy afín a instituciones, sino a personas. Si fuera afín y apegado o paniaguado a ellas, posiblemente estaría ahora en esa interminable lista de votantes y no votantes que las rechazan por una razón: no han gestionado bien nuestros intereses, nuestro dinero, nuestra libertad, nuestros derechos. Que Don Juan Carlos de Borbón fuera de caza a no sé donde, o si es cierto que le gustó de forma cualquiera a una u otra señora, no resta para nada mi afiliación a su persona. Siempre lo vi como uno de los nuestros, humano y próximo. Más mío que la Monarquía. Entre República, Monarquía y Don Juan Carlos, soy, por supuesto, juancarlista. Lo otro, lo de las instituciones, depende.