La Revolera

Las medias blancas

Paco Mora
lunes 23 de junio de 2014

La catarsis de José Tomás ayer, día 19 de junio, en el Corpus de Granada ya está muy bien explicada aquí al lado, según se sale a la izquierda. Como siempre, el de Galapagar...

La catarsis de José Tomás ayer, día 19 de junio, en el Corpus de Granada ya está muy bien explicada aquí al lado, según se sale a la izquierda. Como siempre, el de Galapagar no defraudó a quienes habían ido a la plaza a ver algo diferente. Toreó muy bien con el capote y con la muleta y se tiró a matar como una bala. Su toreo fue menos vertical que cuando en esa característica y en su valor espartano cimentó su fama, también más templado y clásico que otras veces y además ya no le tropiezan los toros los engaños. José Tomás ha adquirido el poso que dan los años de ejercicio de la profesión sin dejar de ser el torero carismático y arrebatador que siempre fue. Y como guinda, demostró una vez más su gran capacidad de autoinmolación.

Pero en la corrida de Granada hubo un detalle que no pasó inadvertido para nadie. Finito de Córdoba enfundó sus piernas en unas medias blancas. Y esto necesita una explicación, porque he leído en algún sitio que es un caso único. Y de eso nada. Para los que ya peinamos canas o abrillantamos alopecia aguda, la vestimenta de las extremidades de El Fino pudo ser un atrevimiento pero no una novedad. Aquel torero gitano, padre de la gran bailaora María Albaicín y suegro de Joaquín Bernadó, que se anunciaba en los carteles como Rafael Albaicín, que era un torero de corto repertorio pero de esencias muy personales, utilizó las medias blancas en varias ocasiones, y precisamente una vez que lo hizo en Madrid fue muy comentado. Luis Miguel Dominguín, unos años después, aunque fue torero de repertorio largo y técnica depurada, imitó a Albaicín y revistió sus piernas de blanco. Aparte de que en los comienzos del toreo, parece que la vestimenta del torero se remataba, en lo que a las extremidades inferiores se refiere, de diversos colores.

Lástima que el Fino tuvo que lidiar con el peor lote, pese a lo cual dejó en Granada abundantes pinceladas de su calidad artística, pero, ¿se figuran como habría pasado a la historia una faena grande de Juan Serrano? Pues sencillamente como "la faena de las medias blancas".

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