Tras la corrida considerada del arte, del pasado sábado 24 , en la que hay que destacar el sexto toro de Torrealta, con un pitón izquierdo de ensueño, de lío gordo, llegó a Las Ventas la esperada corrida de Fuente Ymbro, con tres toreros de muy distinto corte en el cartel. El veterano Curro Díaz, gran torero, que torea menos de lo que merece; el valenciano Román, que está en un gran momento; y el para mí solo conocido a través de lo que he leído, pero por lo que se dice y pudimos ver un torero al que hay que abrirle paso porque, Diego San Román, que en su confirmación ayer en la Ventas demostró que es un torero con todas las cualidades para ser gente importante en el dificilísimo mundo del toreo.
Curro, se llevó el peor lote, y solo fue aplaudido. Al Román valenciano ya le conocemos sobradamente porque desde hace varios años viene demostrando hasta donde puede llegar; ha tenido triunfos muy importantes, pero quizás le falta dar un golpe fuerte en Madrid, y ayer con el quinto Fuente Ymbro, de nombre Comisario (hay que incluirle en el grupo de los toros más importantes que han salido, hasta ahora, en lo que va de feria) y gran trapío, como suele ser habitual en esta ganadería, estuvo enorme, entregado hasta decir basta. Un toro muy bravo, muy encastado, que se venía de largo, que se quería comer la muleta, y Román lo lució dándole distancia, y haciéndole todo con enorme verdad, lo que no era fácil, porque cuando sale un toro tan bravo, tan encastado, hay que ser muy buen torero para que no te supere, y Román lo es, puede con todo lo que le echen, es muy sincero toreando, y por eso trasmite una intensa emoción a los tendidos cuando tiene un toro como Comisario. Román estuvo cumbre, con mucha verdad, la verdad que siempre muestra Román. Antes de dejar una media estocada defectuosa hubo un pinchazo, y aun así le cortó una oreja con mucha fuerza. Si lo mata de una buena estocada a la primera le hubiesen pedido las dos orejas, aunque a lo mejor no se las hubiesen dado, porque la faena tuvo una interrupción por una voltereta que le dio el toro, y también al principio hubo algún enganchón de la muleta, pero tuvo muy cerca ese golpe fuerte de verdad que tiene que dar en Madrid para que le den el sitio que merece.
Otra gran verdad es el mexicano Diego San Román. Vino a confirmar a Madrid, y confirmó que es un torero joven, pero con un futuro muy brillante. Yo creo, que como todos los que le vieron, nos quedamos con ganas de volver a verle cuanto antes. ¡Qué valor más de verdad y más sincero mostró en sus dos toros!, pero donde dio una medida enorme fue en el último de la tarde, porque tenía muchísimo que torear. Le plantó cara, entregándose hasta el límite, sacándole muletazos de gran importancia. Podemos decir que se la jugó de verdad, que nos enseñó su gran verdad, la pureza de su toreo. Antes de volverse a México hay que darle más corridas en España. Mucha suerte para los dos Romanes, pero sobre todo que les den carteles.
Foto: Javier Arroyo.
