La tan manida frase de que los toreros están hechos de otra pasta se hace realidad cada día. Ese tópico -pero no por ello menos cierto- lo ha encarnado a la perfección Sebastián Castella, que fue capaz de torear el pasado sábado en Nimes con una fractura de la sexta costilla del lado derecho que sufrió por el fuerte varetazo que sufrió al entrar a matar a su primer toro de Jandilla el pasado jueves en la Feria de San Isidro. Un fuerte golpe del que nos hicimos eco en Aplausos, en la imagen que captó nuestro fotógrafo Javier Arroyo.
A pesar de los dolores, Castella declinó pasar por la enfermería para no perderse una de las citas cruciales de su temporada al día siguiente en Nimes, para lo que fue infiltrado esa misma mañana saldando su paseíllo con el corte de una oreja de peso y sufriendo un feo volteretón en el exigente cuarto, cuya secuencia fotográfica también publicamos en este medio. Una vez concluido el festejo, el torero francés se sometió a diversos estudios médicos que confirmaron la citada lesión, de la que se está recuperando en reposo aconsejado por los galenos.