La corrida de toros lidiada el pasado 5 de junio por la ganadería de Jandilla le ha hecho acreedor al prestigioso hierro para alzarse con el premio a la mejor ganadería de la recién finalizada Feria de San Isidro. Una tarde en la que los toros que pastan en tierras pacenses dieron serias opciones de triunfo a los matadores que, de no haber sido por el uso del acero, habrían alcanzado un importante triunfo en Madrid. Borja Domecq, ganadero de la divisa, destaca el juego que dieron el tercer y cuarto animal de la tarde, de nombres Vid y Zafio, respectivamente, dos animales que permitieron a Borja Jiménez cortar una oreja y a Sebastián Castella dar una vuelta al ruedo.
-Enhorabuena por su paso por la Feria de San Isidro.
-Muchas gracias. La verdad que estamos muy contentos. Madrid es una plaza de mucha exigencia y pudimos echar una corrida que, como digo, es para estar muy contentos. Aún estamos disfrutando del momento y de la corrida.
-Mejor ganadería de la feria. Suena bien...
-Es muy bonito poder triunfar en una feria de la importancia y la exigencia de Madrid. Que salgan dos toros como fueron el tercero y el cuarto es importante. También lo es que hayan caído en manos de dos grandes toreros y que salgan dos faenas importantes, que los cuajen… la pena fue la espada en los dos casos. Creo que la gente pudo disfrutar de dos grandes faenas; para nosotros es importante que salgan tardes así.
-Aunque ahora hablaremos en profundidad de estos dos toros, ¿qué destaca Borja Domecq de la corrida?
-Quitando el sobrero, que fue de otras hechuras y el que más se defendió, la corrida se movió con buen estilo. Hubo toros que fueron interesantes, pero principalmente estos dos toros de los que hemos hablado fueron los que marcaron y dieron forma a la dimensión de la tarde.
-Vid y Zafio. ¿Cómo los definiría el ganadero?
-Fueron dos toros muy bravos. Vid tuvo la virtud de la profundidad, colocando mucho la cara. Para mí, con la bravura que tuvo, sacó mucha clase y permitió torear muy bonito. Creo que Borja lo lució y lo cuajó. Fue un toro muy importante. Zafio también fue muy importante, con un gran fondo y transmitiendo. Sebastián Castella lo entendió y lo cuajó. Con Sebastián tenemos un idilio: Castella, Jandilla y Madrid. La pena fue la espada, pero fue una gran faena.
-Con dos toros tan importantes lidiados en Madrid. ¿Tomaron alguna decisión en el desolladero?
-Sí, nos llevamos las turmas. También es verdad que luego no se puede sacar tanto… pero la conclusión es buena. Tenemos la reata, las madres y sobre esto que es en lo que seguiremos trabajando.
-Dentro de esta línea, ¿qué queda en casa?
-En una ganadería abierta como la nuestra, siempre hay líneas principales. No cabe duda de que, gracias a Dios, nos movemos en una serie de líneas de las que este año y el que viene aún faltan por salir hermanos… y más adelante las hermanas de estos toros que pasarán a ser madres. Estamos ilusionados. Igual que para los toreros Madrid es lo máximo, para los ganaderos también lo es y cuando salen las cosas bien, es una satisfacción.
-Estamos centrando el tiro en Madrid, pero la temporada de Jandilla es envidiable.
-Madrid lo marca todo. Dentro de un año que está siendo muy bonito con corridas importantes en Arles o Jerez, es Las Ventas la que termina marcando todo. Es la primera plaza del mundo, la de mayor exigencia y la que marca. Nos quedará el borrón de Sevilla. Esto es así. Muchas veces los ganaderos no entendemos cómo de las mismas vacas, de los mismos toros, un día las cosas salen tan distintas.

Zafio, castaño, número 18, cuarto de la tarde. Le tocó en suerte a Sebastián Castella. Foto: Plaza 1
-Volviendo a la tarde de Madrid, la corrida tuvo mucha movilidad. ¿Se trabaja de alguna manera en concreto?
-La máxima de una ganadería es la base genética. A partir de la selección, intentamos darles todo lo posible para que puedan desarrollar lo que llevan dentro. Al final, una corrida para Madrid, por ejemplo, se empieza a preparar prácticamente un año antes. Tanto en tema de sanidad, de alimentación, de mover los toros lógicamente, el trabajo tiene que comenzar con mucho tiempo. Hay años que por hechuras y reatas tienes la fortuna de poder llevar a la plaza una corrida como la de este año, que creo que era bonita, muy bien hecha y esto siempre ayuda a los toros a embestir. Nosotros hemos tenido el privilegio de acertar y de poder vivir una gran tarde toros.
-Ya para terminar- ¿Qué le queda por delante a Jandilla?
-Pues sin ir más lejos, vamos este domingo a Istres, a un mano a mano muy bonito entre Juan Bautista y Marco Pérez. Después en julio vamos a Pamplona en otra tarde importante y también a Roquetas. En agosto iremos a Béziers y mandaremos tres toros a Tarazona y en septiembre, Albacete y Nimes. Quedan más cosas, pero esto es lo más importante que tenemos entre manos.