Ocho días después de la histórica puerta grande que logró en la corrida de Beneficencia, Morante de la Puebla ha hablado para mostrar las sensaciones que vivió en Las Ventas tras cortar dos orejas siendo llevado en hombros por la calle de Alcalá por la afición. La empresa Plaza 1 ha entrevistado al torero sevillano, que ha confesado:
"Están siendo unos días de ensueño también. Porque aunque el final es muy bonito, el durante se sufre mucho. Entonces, cuando termina todo lo que es la faena, la lidia del toro, es cuando uno realmente se siente feliz y satisfecho".
Sin embargo, en cuanto a la emotiva y multitudinaria salida en hombros por un público que le llevó por la calle de Alcalá, Morante ha querido llamar la atención sobre la actitud de los policías que le escoltaban ante los aficionados: "Algunas veces era agobiante porque había unos policías delante mía, que sí que lo quería un poco denunciar porque la gente venía con todo el cariño a tocarme y se portaron muy agresivos con ellos, con los aficionados. Por lo demás, estoy cansado... agobiado en algunos momentos, pero muy contento".
En cuanto a la temporada de ensueño que está viviendo, con otras faenas grandiosas como la posterior de Salamanca, el torero sevillano afirma: "La verdad es que estoy teniendo suerte porque sin la suerte es imposible y a veces parece un poco milagroso porque he pasado un invierno tan malo y tan difícil que jamas me creía que podría suceder todo esto y el cariño de la afición es algo en mi nunca lo he visto, nunca lo he vivido. El entrar a la plaza, el salir... A veces es un dilema. Es un momento que es muy difícil que le suceda a un torero y afortunadamente después de todos los acontecimientos importantes que me han pasado se está consiguiendo".
Por último, sobre su hijo, Morante Jr., futbolista del Real Betis Balompié que fue convocado para la selección española sub-18, su padre confiesa emocionado: "Es muy bonito, porque él empieza un poco a ver la admiración que le tienen a su padre y vivirlo en primera persona es supongo que para cualquier hijo, ver a su padre triunfar y ver que a su padre lo adoran y lo quieren supongo que tiene que ser muy gratificante".
