AL COMPÁS

Así no, Borja Cardelús

Pedro Toledano
martes 08 de julio de 2025
Acaba de anunciarse una nueva edición del Circuito Valenciano de Novilladas y vuelve a producirse otro agravio -el año pasado ya sucedió- para con los ex alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Valencia

Diríamos que llueve sobre mojado respecto al reparto de puestos para novilleros con picadores en el Circuito Valenciano de Novilladas. Ya, en la primera edición, el pasado año, en el festejo celebrado en Requena, tuvo una actuación brillante el que fuera alumno de la Escuela de Tauromaquia de Valencia, Miguel Senent "Miguelito" y, sin embargo, quedó incomprensiblemente eliminado y su puesto para el siguiente festejo sorprendentemente fue a parar a Chicharro que según todas las informaciones no tuvo su tarde. No mucho tiempo después el madrileño contó igualmente con grandes apoyos para, sorprendentemente, tomar la alternativa en Fallas. ¡Ay, ay, los jurados!

Ahora acaba de anunciarse una nueva edición del Circuito Valenciano de Novilladas y vuelve a producirse otro agravio para con los ex alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Valencia que, basándonos en la realidad, es la que más alumnos tiene de las tres escuelas valencianas y la que mejor actividad desarrolla con ellos. Y a la hora de configurar el cartel del circuito, y una vez que la escuela de Castellón renuncia a presentar a los dos candidatos a que tenía derecho, se meten en el jardín de inscribir a uno más de Alicante, e intercambiando el segundo puesto al que tenía derecho Castellón -¿de verdad que también en estas latitudes hay intercambios?- con un novillero de Toledo, todo lo cual supone dejar fuera al meritorio Alberto Donaire al que se le había prometido torear tras su gravísima cornada, obviar la injusticia cometida con Miguelito y componer el cartel final con la participación de cinco novilleros de Alicante. Entiendo que no es de recibo.

Como se ve, el pliego de agravios es amplio en contra de la Escuela de Tauromaquia de Valencia, que es la que ha tirado del carro a la hora de poner en marcha tan sugerente y necesario proyecto para promocionar a los chavales con posibilidades salidos de las escuelas de la Comunitat. Ahí Vicente Barrera tuvo mucho que ver y es justo reconocérselo, lo que no es de recibo es que la Fundación del Toro de Lidia, que gestiona Borja Cardelús, permita estos manejos, sin obviar la implicación de la alicantina Pilar Tébar, directora general de Patrimonio Cultural, que finalmente es la que debe dar el visto bueno.

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