Se adelantó el verano, se adelantó la temporada, se recreció el toro y de desbordaron los quirófanos. Nadie lo quiere. A los atascos y los rezos a las puertas de las enfermerías me refiero, pero lo necesita el toreo ante tanta falta de respeto, ante tanto ninguneo, ante tanto olvido. Es como un recordatorio de la esencia de la fiesta, riesgo, dureza, la propia vida de los lidiadores al albur en las tardes de fiesta. Ni siquiera importa la entidad del enemigo, un mal día salta el infortunio y da igual que sea una fiera de Escolar que un novillo a modo en una tarde de ilusiones juveniles. Llega el funo, así le dicen en calentito al toro, te mete el pitón y a tomar viento las sonrisas, las cucamonas festivas y hasta te tienes que tragar las exigencias críticas. Es lo que ha pasado la última semana, se escaparon en bien los mozos en los encierros mañaneros en Pamplona -San Fermín bendito- y en el mismo escenario les tocó aforar con sangre a los maestros de la tarde con los toros grises de Escolar. Grises en sus capas y grises en su aportación de bravura por mucho premio que les den (aquí pongan estupor y sorpresa) que la bravura es otra cosa.
No fue la única excentricidad en la querida Pamplona, algunos trofeos concedidos en esa misma plaza generaban sensaciones semejantes. Que el público pamplonica tenga su personalidad es algo sabido, laxitud aceptada, que la jarana y la algarabía va por delante de cualquier mínima exigencia de ortodoxia por mucho que un día deliren con Morante sin reparar que Morante es mucho más que lo visto ese día, también, pero tengo la impresión de que nunca dejaron tan atrás los conceptos mínimos/básicos del buen toreo a la hora de premiar a algunos toreros como este año.
En Requena se atisba recuperación de la feria de la Vendimia con la gestión de los hermanos Martí y un cartel con cargado de alicientes: Algarra, Adolfo, Román, Navalón, Lorenzo…
Si ese es el tributo a cambio de la imagen de plenitud de la tauromaquia que se ofrece al mundo, lleno por la mañana, lleno a mediodía y lleno por la tarde, aceptado, se corre un tupido velo, de dice son las cosas de Pamplona, una vez al año… y todos lo entendemos, pero bravura y más en la considerada por derecho propio y méritos acumulados durante tantos años como Feria del Toro, es otra cosa, que no se nos olvide. Seguramente lo del premio en cuestión es la reacción a tanta corrida bluf como se soporta a lo largo del año y hasta en la misma Pamplona, seguramente. Y antes de saltar en esta columna a la parte bonita de la semana unas líneas para Sergio Rollón el chavalín, soñador de glorias toreras que fue herido de extrema gravedad el pasado sábado en Valdetorres de Jarama. Un novillo le destrozó la femoral y la safena. No hace tanto, cornadas así eran mortales de necesidad, incluso en estos tiempos, así que demos gracias a Dios. En esta ocasión la sapiencia de un magnífico equipo médico y los medios necesarios de evacuación le rescataron para la vida y Sergio ya sueña de nuevo con tardes de triunfo.
Y la esperanza
La semana también trajo noticias felices. Visto desde Valencia la declaración de intenciones del presidente de la Diputación, la corporación que tutela el coso valenciano tantas veces puesta de lado a la hora de la verdad, es un canto a la esperanza. Cuando Las Provincias puso sobre la mesa el futuro de la alicaída y añorada Feria de Julio, el presidente de la corporación, Vicent Mompó, se hizo presente y apostó por buscar soluciones en lugar de llamarse a andana y esconderse en el burladero del buenismo imperante “No es este el lugar, dijo, para buscar culpables, sino para encontrar soluciones. Para buscar un camino que recupere lo que era. Yo me niego a dejarla perder porque nada que haya tenido alma está condenado al olvido si hay voluntad para defenderlo. No se trata de mirar el pasado con nostalgia, sino con implicación. No se trata de imponer una tradición, sino de comprender su valor y buscar la manera de hacerla valer en el presente. Por eso, lo digo alto y claro: Sí, tenemos que recuperar la Feria de Julio. No como una pieza de museo, sino como una expresión viva, renovada, que sepa encontrar su lugar en estos nuevos tiempos sin perder la dignidad ni la historia”. Sus palabras traen la esperanza de una implicación imprescindible en estos momentos.
Revive Requena
Muy cerca de la capital, en Requena, otra plaza con solera que necesitaba de un rescate urgente que le devolviese laureles pasados, tienen un plan y acaban de anunciar el despegue de la recuperación. Esa es la impresión. Una empresa valenciana, los hermanos Martí, de Bocairent, quiere decir una empresa próxima y por tanto se supone que conocedora de los gustos de la tierra, a la que se le puede pedir cuentas si no cumple frente a las empresas feriantes, ya saben aquellas de llego la semana antes, abro taquilla, pillo lo que haya y hasta la próxima si vuelven a picar, es necesariamente un motivo de esperanza.
Mompó: “Recuperar la Feria de Julio, como una expresión viva y renovada”
La semana pasada convocaron en el suntuoso patio central del Museo de Requena para presentar la feria de la Vendimia-2025, una corrida de toros con una terna emergente de gran interés y dos ganaderías de categoría, además de un concurso de recortadores con las primeras figuras de la especialidad y la desencajonada de los toros que se lidiarán. Los carteles quedan así: Día 28 de agosto: desencajonada de los toros de Luis Algarra y Adolfo Martín; y un concurso de recortes con toros de Torrestrella y la participación de Paco Aragó, Josepa, Rober Alegre, Poca, Noel Ribera, Javi Hernándiz, Sergio Wida, José García y Rampeta; y día 29 de agosto, tres toros de Luis Algarra y tres de Adolfo Martín para Román, Álvaro Lorenzo y Samuel Navalón.
Estuvieron presentes, Samuel Navalón, ayorense nacido en la misma Requena, el empresario Paco Martí y el primer teniente Joaquín González que anunció la inmediata remodelación de la plaza con un plan muy ambicioso, así como el compromiso de apoyo municipal al toreo. Navalón, que se declaró abiertamente valenciano, se mostró muy ilusionado con la participación en la feria de la Vendimia y ante una temporada que considera de consolidación y lanzamiento de su carrera. El empresario por su parte prometió trabajo y cercanía con los aficionados.