Juan Ortega vuelve a Vista Alegre en las Corridas Generales de Bilbao con la ilusión intacta y el respeto profundo que le inspira una de las plazas más exigentes de España. Tras su debut el pasado año, donde conquistó a la afición bilbaína con su toreo elegante y pausado, Ortega afronta esta nueva cita con el deseo de volver a emocionar en una feria que siempre consideró un territorio reservado a las grandes figuras.
"El año pasado tuve ya la oportunidad de debutar en Bilbao. Es una feria que desde niño asociaba a las figuras del toreo. Una de las ferias más importantes de España. Pero siempre me ha transmitido mucho miedo", afirma.
Ortega describe ese miedo como un viento invisible que sopla desde el Nervión hasta el ruedo."Esa arena tan negra, ese toro… sigo manteniendo esa sensación, esa sensación de miedo. Pero descubrí a una afición muy buena, con mucha sensibilidad, muy buenos aficionados. Y el año pasado tuve la oportunidad de sentirla".
Lo dice con una media sonrisa, como quien recuerda un secreto compartido. "Tuve la oportunidad de gustarme, de disfrutar. Y con esa esperanza y esas ganas vuelvo este año".

