Sube el suflé peruano. Tras una rachita de infortunio, se esperaba la remontada y llegó. Santander, El Puerto de Santa María, Huesca, Dax… el cóndor no se rinde, esa es la diferencia que marca grandezas. Nada es fácil. Un toro que no embiste, otro que te cambia el paso, tú que no andas lúcido, el día raro del público o de ti o de la prensa… son tantos los lances que se interponen en el camino de los toreros... Y ante eso unos se achican y otros se crecen. Unos esperan y otros atacan. En lo más cruento de la guerra unos aprietan los dientes y sacan lo mejor, y otros esperan que escampe. Cuestión de carácter, de raza, de bemoles. Roca Rey como ejemplo a seguir. Quien pueda, claro. Mientras, Morante, otro ejemplo, otro modelo de grandeza, distinta pero igualmente brava, desde Portugal, donde convalece, mantiene en ascuas a la afición y a los empresarios a la espera de que anuncie su vuelta. Málaga parece el objetivo, luego Bilbao, puertos de gran dificultad que en teoría no son los más apropiados para volver tras una cornada. Aunque ya nada extraña, él, tantos años acomodado en los jardines de la lírica, en esta su segunda juventud ¡quién lo iba a decir! se ha matriculado, curso acelerado, en el territorio de la épica. Los años le han afilado el valor hasta límites insospechados. Y tras el feliz desenlace, el pulso entre ambos, Morante-Roca, tiene asegurado la continuidad ya mismo a mayor gloria. El resto, que no se moleste nadie, siendo muy buenos, siendo importantes cuentan menos.
MILAGRO EN MÁLAGA
Junto a la gloria, la tragedia que pone en valor el toreo. El riesgo real marca las diferencias. Luego usted lo entiende o… o se lo pierde. Y lo siento por usted. Es uno de los detalles que pone a la tauromaquia por encima de otras artes. Aquí se muere de verdad, aquí no hay ensayo que garantice el triunfo ni diferencias de estatus, caen los grandes y caen los chicos por mucho que lo olvidemos con frecuencia. La semana más torera del año ha estado marcada por el dolor de Daniel Artazos, alumno de la escuela de Valencia, un becerrote, no era más, le partió la espalda y lo dejó al borde de una silla de ruedas. Afortunadamente los partes médicos de las últimas horas apuntan a la esperanza, se recuperará. Sucedió, como informó puntualmente Las Provincias, en un festejo de promoción en Málaga en el que participaban alumnos destacados de las mejores escuelas de España.
Daniel salió a hacerle un quite al novillo de su compañero con más sinceridad que suerte y en el primer lance resultó volteado con la mala fortuna de caer en una trágica postura que le provocó, según el parte inicial, una fractura conminuta de la vértebra C-5 con desplazamiento de fragmento y mínimo compromiso del canal vertebral además de una fractura de elemento posterior con dos trazos a nivel de lámina vertebral posterior izquierda y apófisis espinosas. En castellano paladino, una desgracia de posibles e innombrables consecuencias.
El torero entró inconsciente a la enfermería y tanto la crudeza del parte médico como el que hubiese perdido movilidad del lado izquierdo hizo temer lo peor. Al día siguiente fue sometido a una intervención quirúrgica que duró cinco horas, durante la cual le pusieron una prótesis y los pronósticos comenzaron a suavizarse y aunque los doctores no dan plazos concretos si parece segura la recuperación. Según las últimas noticias ha comenzado a mover el brazo izquierdo y se adivina sensibilidad en la pierna del mismo lado. Las próximas horas serán clave a la espera de la descompresión de la médula que milagrosamente está inflamada pero intacta.
Daniel se muestra animado, acompañado de la familia y del maestro de la escuela de Valencia, Víctor Manuel Blázquez, que se había desplazado a Málaga con él y no se ha separado un momento de su lado. Ayer recibió la visita de Fortes, matador malagueño que sabe como nadie de percances y de recuperaciones heroicas que le estuvo animando y aconsejando para superar trago tan duro.
ALUMNOS EN PLAZAS DE ESPAÑA Y FRANCIA
La festividad de la Asunción, el día más taurino del año junto al día de las vírgenes aparecidas de septiembre, ha acogido numerosas actuaciones de los compañeros de Artazos en la escuela de Valencia. Seis alumnos actuaron con éxito en la jornada del viernes en otras tantas plazas: en Chinchón, Hugo Masià, que debutaba de luces, cortó dos orejas; dos orejas y rabo cortó Jorge Escamilla en Ledaña; Bruno Gimeno en Toledo pinchó una buena faena; Marco Polope en Beziers tuvo un novillo muy deslucido; Israel Guirao, en la francesa Roquefort, cortó dos trofeos; y en Miraflores, Luis Pizarro, que sustituía a Artazos, cortó dos orejas. En total durante el mes de agosto realizarán un total de treinta paseíllos, cifra que sitúa a la escuela entre las más activas de España pese a las pocas plazas valencianas que les dan acogida.