Buenasuerte, el toro al que este domingo se le perdonó la vida en Salamanca, ya se encuentra recuperándose perfectamente en la finca donde nació, la de Garcigrande. Anoche, tras finalizar la corrida, fue embarcado de nuevo en el camión con destino a Alaraz, situada a apenas media hora del coso de La Glorieta. Al llegar, ya en el mueco de la finca, fue curado por el equipo veterinario de la ganadería y se encuentra en muy buen estado, según ha confirmado su criador, Justo Hernández. "El toro está muy bien, le haremos una nueva cura y si todo va bien, lo soltaremos hoy mismo al campo", afirma Justo Hernández.
Aunque no es muy dado a celebraciones y con un sentido de la autocrítica muy acusado, se le adivina feliz y contento. "Estoy con ganas de poder echárselo ya a las vacas este invierno. Es una pena que hasta noviembre no podamos echarlo, porque los lotes ya están hechos. Nos hubiera gustado juntarlo hoy mismo con las vacas, pero esperaremos un poco".
A Justo Hernández le enamoraron las muchas cualidades de este Buenasuerte, que se acerca al toro soñado por este gran ganadero: "Es un toro que me sirve mucho genéticamente para las vacas porque tuvo unas condiciones que me gustaría implantar en la ganadería, como por ejemplo que fue todo bravura, su movilidad, la clase, el empuje en la muleta… lo tenía prácticamente todo lo que busco, por eso me ha hecho mucha ilusión. Además, es importante el indulto porque tenía pocos productos de esta familia, que es una de las destacadas en la ganadería, y ahora por tanto podremos ampliarla".
Además del genotipo, Justo, que tanta importancia le da a las hechuras en su ganadería, destacó el fenotipo de Buenasuerte: "Es un toro que vale para Sevilla, con trapío de plazas importantes. Es acapachado y con unas hechuras que, al verlo en el campo, te emocionas de lo buenas que son. Me decía un amigo que se parece al toro de bronce que hay en La Glorieta, la obra de Gabriel Sánchez Calzada. Y es verdad".
Emilio de Justo lo cuajó a placer, lo disfrutó de verdad. Realizó toda la faena de muleta sin la ayuda, es decir, toreando al natural por ambos pitones, algo que, según Justo Hernández, "demuestra su verdad y su compromiso con la faena y con el toro. Gustó a Salamanca", concluye.
Foto: Menacho

