La localidad abulense de El Hoyo de Pinares se prepara para acoger este fin de semana la que será la XIV edición de su tradicional certamen de novilladas sin picadores Piña de Oro con motivo de su Feria de San Miguel. Un ciclo que año tras año se ha ido consolidando con una firme apuesta por la cantera y por encastes de interés con la seriedad del "toro" por bandera hasta lograr catorce años consecutivos desde su primera convocatoria.
Para celebrar esta ininterrumpida continuidad, además de las dos novilladas sin picadores, en esta edición 2025, El Hoyo de Pinares acogerá una novillada con picadores extraordinaria con el hierro de Guadalest el próximo 28 de septiembre en la que harán el paseíllo el portugués Tomás Bastos y el abulense Julio Méndez, los dos últimos flamantes ganadores de la Piña de Oro, ambos, además, formados en la Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz, bajo la dirección del maestro Luis Reina, que recibirá un reconocimiento al inicio del festejo.

El novillero Julio Méndez, ganador de la Piña de Oro en 2024.
CARTELES
Fiel a su esencia torista, un año más, la Piña de Oro vuelve a apostar por el encaste Santa Coloma para los dos espectáculos del 27 y 29 de septiembre. Así, inaugurarán el ciclo los erales de Ignacio Pérez-Tabernero para Fernando Vanegas e Ignacio Garibay, y al día siguiente saltarán al ruedo los pupilos de Víctor Huertas para Raúl Caamaño y Alejandro Rubio.
Además, en esta XIV edición se celebrará un tentadero a cargo de los alumnos de la Escuela Taurina de Navas del Rey y una becerrada para los aficionados el martes 30. Todo en una amplia programación que se completa con tres encierros, dos sueltas de vacas y una bueyada de trashumancia.
CATORCE AÑOS BAJO EL EMBLEMA SANTA COLOMA
A lo largo de sus catorce temporadas de vida, en el apartado ganadero, la Piña de Oro ha diseñado un perfil propio apostando por estos encastes singulares, emblemas del torismo, con el objetivo de abrir el abanico de la variedad de la cabaña brava y para que las nuevas promesas del toreo se forjen con la exigencia de este tipo de hierros.
Esos criterios llevaron a seleccionar, en su mayoría, hasta catorce ganaderías de prestigio que amplían el abanico de lo que habitualmente se ofrece en la mayoría de las plazas derivadas del encaste creado por el conde de Santa Coloma a principios del siglo XX, teniendo en cuenta sus diferentes variantes:
Albaserrada (Adolfo Martín); Buendía (Herederos de Sánchez Fabrés, La Quinta, en dos comparecencias, Flor de Jara, con tres, Los Maños, hasta cinco, Rodríguez Montesinos, en tres, Víctor Huertas, en dos); Vega-Villar (Monteviejo, de Victorino Martín, en dos ocasiones); Graciliano (Valdellán, Juan Luis Fraile e Hijos de Ignacio Pérez Tabernero); Coquilla (Coquilla de Sánchez Arjona, en tres ocasiones). Además, concurrieron en la primera edición los últimos atanasios de Charro de Llen y los núñez de El Cortijillo de los hermanos Lozano.

Fantástico el ambiente en El Hoyo de Pinares.
APUESTA DE FUTURO
En cuanto a la selección de novilleros, apuntan desde su organización que "en este nivel no resulta fácil. Se precisa ver muchos espectáculos, aguzar el ojo y acertar en la elección de los que después podrán triunfar con caballos y tomar la alternativa como matadores de toros".
En este sentido, en las catorce convocatorias, de 2011 a 2025, sin edición en 2020 por la pandemia del Covid, participaron en la Piña de Oro un total de 48 novilleros que pasaron todos a torear novilladas picadas, y veinte tomaron ya la alternativa como matadores de toros. Estos son: José Garrido, Pablo Aguado, Rafael Serna, Ángel Sánchez, Francisco José Espada, Joaquín Galdós, Leo Valadez, Miguel Ángel Silva, Vicente Soler, César Valencia, Tomás Angulo, Dorian Cantón, Tibo García, Alejandro Peñaranda, Manuel Perera, Sergio Sánchez, Marcos Linares, Alejandro Adame, Sergio Rodríguez y Jarocho. Estos dos últimos confirmarán su alternativa en la próxima Feria de Otoño de Madrid.
A esta larga nómina de toreros, pudo unirse el nombre de Roca Rey, allá en la temporada 2013, cuando era todo un desconocido por el gran público, pero cuando estaba ya confeccionado el cartel con el peruano, a última hora la falta de documentación laboral para torear en España impidió su presencia.
Distinto caso ha sido el de otros novilleros seleccionados a lo largo de los años, que rechazaron el ofrecimiento por su renuncia a lidiar santacolomas. En este sentido, tal y como apuntan desde el Ayuntamiento: "El Hoyo de Pinares ha ganado fama entre los profesionales de ser la plaza que requiere mayor nivel de preparación en esta clase de festejos. A veces, cuando se les propone un nombre para entrar en el cartel y no están seguros de su oportunidad, suelen responder que "no está para El Hoyo todavía", algo que nos recuerda al "no está para Madrid" de los toreros prometedores a los que no se quiere arriesgar adelantando etapas".
La seriedad de honorarios es otra de la filosofía del certamen porque el ayuntamiento, como empresa de la plaza, garantiza la seriedad en la contratación y el pago de los honorarios profesionales y los costes sociales. La Piña de Oro ha pretendido mostrar así en estos años que "desde una plaza modesta se puede apoyar la Fiesta procurando dar ejemplo de limpieza, seriedad y rigor en la organización de los festejos taurinos".