La Venta del Batán fue testigo el domingo por la mañana del acto inaugural del curso 2025/2026 de la Escuela Taurina José Cubero "Yiyo". Casi sin parón, por la gran temporada realizada, los alumnos y profesores, junto al director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, Miguel Martín, volvieron a citarse en las instalaciones de la escuela para comenzar este nuevo año.
Una etapa que comienza, de nuevo, con la mayor de las ilusiones, más si cabe, por los números e hitos conseguidos esta ya finalizada campaña, el número de alumnos registrados, las plazas en las que se ha trenzado el paseíllo y triunfado, consiguiendo alzarse con muchos certámenes, y las numerosas salidas al campo en distintos tentaderos. Así lo resumió su director y profesor Fernando Robleño, que dio la enhorabuena a todos por la temporada cargada de triunfos y recordó las normas a seguir en las instalaciones así como los horarios y las diferentes clases.
El torero madrileño, que se despidió de los ruedos en Las Ventas el pasado 12 de octubre, continuará ejerciendo esta labor de dirección. En el elenco de profesores que guiarán a los alumnos en lo profesional y artístico seguirá Sergio Aguilar, junto a las incorporaciones de Agustín Serrano, ya acompañando a la escuela desde este último año, y Carla Otero, que se encargará de los alumnos más noveles que se inscriban. La coordinación corresponderá a Marta Sánchez. En la preparación física, parcela muy importante para esta escuela, continuará al frente José Luis Cabrera.
Las clases teóricas en las que los alumnos profundizarán en la historia de la tauromaquia, cultura y campo bravo, seguirán corriendo a cargo del periodista José Luis Ramón y el veterinario y ganadero Adolfo Rodríguez Montesinos. Una jornada inaugural de disfrute en la que tras las intervenciones de Fernando Robleño, Carla Otero y Miguel Martín, que clausuró el acto dando la enhorabuena a todos los alumnos y equipo que forma esta escuela, y la bienvenida a Carla Otero, se celebró un tentadero de cuatro becerras por parte de los alumnos y un piscolabis para el cierre de una buena mañana.
