Antonio Ferrera ha protagonizado los pasajes más vibrantes de la primera corrida de toros del ciclo gijonés, en la que se ha lidiado un encierro de Alcurrucén que manseó en varas pero que sacó movilidad y buen fondo en la muleta. Manolo Sánchez y Juan Bautista no pasaron de discretos.
Toda la corrida de Alcurrucén hizo una pelea en varas mediocre, abundando las huidas y detalles de mansedumbre, pero toda ella, o al menos casi toda, rompió en el último tercio y sacó una encastada movilidad no siempre bien entendida o aprovechada por los toreros. Antonio Ferrera firmó lo mejor en el quinto, un toro muy manso, que fue lidiado de forma desastrosa, al que banderilleró con acierto para luego ofrecer una faena larga y voluntariosa -mejor sobre la diestra- deslucida solamente por el metisaca cobrado antes de la estocada final. Dio una vuelta al ruedo tras petición. En el segundo fue silenciado tras otra buena labor, enfriada tan solo por un pinchazo previo al espadazo con el que tumbó al toro. Hubo muletazos estimables frente a un toro que sacó movilidad y celo en el último tercio.
Manolo Sánchez dejó varios naturales despaciosos con el primero, un toro que tendió a defenderse y al que mató perfecto; y con el cuarto, un desclasado y peor picado ejemplar, dejó varios lances a la verónica muy toreros y un comienzo por bajo mandón y sometedor. Eso fue lo mejor. Mató de estocada contraria y descabello.
Juan Bautista no terminó de conectar con los tendidos en su primero, un toro noble, y se gustó en redondo sobre la derecha en el sexto antes de meterse en terrenos de cercanías del toro. Se eternizó con el descabello en el último y fue silenciado.
Gijón, 10 de agosto de 2010. Toros de Alcurrucén, mansos en varas pero con movilidad y buen fondo en el último tercio. MANOLO SÁNCHEZ: Saludos y silencio; ANTONIO FERRERA: Silencio y vuelta al ruedo tras petición; JUAN BAUTISTA: Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos. Entrada: Más de media.
Ferrera aprovechó su lote. (Foto: Javier Prieto)
