Pureza. Ésa es la cualidad que engloba el toreo de Diego Urdiales. Con la pierna adelantada y las zapatillas clavadas. Siempre. Ante cualquier tipo de toro. Así lo entiende y lo imprime. Y así se expresa. El camino que ha elegido no es el fácil, pero es el de verdad. El que permite que la dignidad permanezca intacta y salga a relucir la profesionalidad; aunque eso signifique menor número de festejos al año. En su caso, once corridas de toros, dos por la vía de la sustitución como resultado de méritos propios. Casi todas en plazas de primera. Es el momento de pedir otro sitio. Un escalón más arriba. Ganado a pulso.
- “Ha sido el año más bonito de mi vida y, a pesar de no haber toreado muchas corridas, todas han sido en plazas muy importantes”
- “Con el toro de Adolfo sentí a Madrid muy entregada, hubo momentos mágicos, sensaciones únicas. Fue maravilloso”
Lea AQUÍ la entrevista completa en su Revista APLAUSOS Nº 1941