Es probable que el impulso que necesita el toreo para salir del impasse en que se encuentra le tenga que venir de fuera. De México lindo, por ejemplo. Cosa que no tendría nada de extraño, porque al fin y al cabo en el país de Gaona, Armillita y Arruza se ha hecho realidad la prolongación de nuestro idioma, religión y costumbres aunque con la idiosincrasia y peculiaridades autóctonas de sus gentes, lo que nos inclina a los españoles a contemplar a los mexicanos como una familia muy cercana.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1946
