Todo iba lentísimo, desperdiciábamos otro invierno, como mucho poníamos alguna tirita a las heridas profundas, y de repente un tsunami, cuyas siglas son FIT, despertaban hasta a las marmotas y los lirones. Pero pasó el tornado y a su rebufo celebramos una nueva siesta con un ojo abierto porque la temporada ya está aquí y algo habrá que hacer.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1950
