Arranca Sevilla. Con ellos y sin ellos, antes y ahora, siempre, Sevilla es uno de los grandes activos del toreo, la joya que no se debe dejar de la mano. Pena grande, un dolor qué digo gremial, un dolor social, económico, artístico que no estén los Morante, Juli, Perera, Talavante… Para nosotros y para ellos. Queda claro que los misterios de la mente son inescrutables. Lo digo porque todavía a pesar de tanto ruido de sables, tuiteo paralelo incluido, insinuaciones, silencios, acusaciones, desafecciones y ambiciones encubiertas, nadie ha logrado dar razones convincentes para ese sindiós. Eso es lo que es, un sindiós indescifrable. Ni la feria es lo mismo sin ellos ni sus temporadas pesarán igual sin un triunfo en la Maestranza ni los empresarios pueden presumir de su no contratación que en realidad no es más que un fracaso de todos, medios incluidos. Pero esta es la Pincelada justa en la que hay que echar un tupido velo sobre la cuestión, mirar adelante, comenzar a caminar y pensar que, como ya dijo Canorea el bueno, la plaza seguirá ahí como único valor inalterable. De los otros valores ya hablaremos. Es Feria, es Sevilla, hay alicientes incluso más allá de lo que significa la propia Sevilla, se anuncian grandes toreros que sí decidieron estar, hay toros con motivos sobrados para embestir, no digo que orillemos los gustos ni las pasiones ni el espíritu crítico, pero disfrutémosla en clave positiva mientras nos dejen.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1959
