Se fue Sevilla, la hemos contado y vivido día a día. Haríamos mal si no cuidásemos esa feria y sobre todo esa plaza. Que funcione forma parte del futuro de la Fiesta. Sevilla mohína, fría y despoblada es una contraferia. Sevilla tiene como aderezo el rebozo de su alegría y a veces hasta de su peculiar benevolencia. Pero ese debate ya está visto para sentencia. No comparen, porque es un error, Sevilla como Madrid o viceversa. Lo mejor es que son tan diferentes que tienen personalidad por sí mismas. En el toreo lo peor son las copias. Lo mejor, la personalidad. Y todas las plazas, de forma más o menos acusada, deben tener ese rasgo que las diferencie.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1961
