(Foto: Arjona)Torero clásico, de tauromaquia elegante y distinguida, admite que vocacional también. Lo dice él, Ángel Teruel, diestro de dinastía. Entrena y se sacrifica en busca de un futuro que tiene claro que le acabará sonriendo. Sabe que se encuentra en una situación delicada y que este 2015 se atisba como crucial para sus intereses. Las necesidades profesionales le han hecho ir un paso más hacia adelante en actitud, reconoce, sin tener que fiarlo todo al desarrollo de ese toreo de calidad que tanto le fluye por dentro. Madrid le aguarda el 2 de Mayo, donde estoqueará en la Goyesca una corrida de Montealto junto con Morenito de Aranda y Alberto López Simón. “Me ilusiona torear esa corrida. Me la ofrecieron también el año pasado pero cuando me reuní con la empresa les pedí que por favor me pasaran a San Isidro, preferí matar dos corridas en la feria como así fue. Ahora me han hablado de esta y lo acepto. Como madrileño a lo mejor hubiese preferido más la del 15 de mayo que es San Isidro pero no estoy en situación de exigir”, reconoce.
El año pasado estuvo dos tardes en San Isidro: "Mi sensación es que tuve menos reconocimiento del que merecí, pero es una opinión personal. Fueron dos tardes que el público apostó desde el inicio por otros compañeros del cartel y aunque creo que pude expresar cosas buenas, al final el resultado no fue el esperado. Ojalá cambien las cosas esta temporada".
Ángel Teruel es torero de Madrid. Lo es él como lo fue su padre, Ángel Teruel Peñalver, el “Torero de Embajadores”. Hasta ahora ha sido la plaza de Las Ventas la que ha mantenido en órbita a este torero aunque el triunfo redondo aún no ha llegado. En la mente de muchos aficionados, la faena al toro de Alcurrucén la tarde de su confirmación en 2013. “He dado muchas vueltas a lo que sucedió aquel día”, explica; “llegué con muy poco bagaje profesional y a mucha gente sorprendió mi concepto y la dimensión con ese toro aunque luego se escribieron y dijeron muchas cosas. Que si fue muy corta, que fue muy inusual. Sinceramente las sensaciones de aquella tarde para mí fueron muy buenas pero algo debió fallar cuando no salieron contratos. Creo que me midieron con lupa. Me veían a mí y algunos creían que estaban viendo a mi padre. Y él tendrá una finca pero yo no. Esa es una losa que en ocasiones creo que me está pesando mucho cara al público”, subraya.
Admite que se encuentra intranquilo. Su carrera atraviesa un momento crucial y sabe que todo cuanto suceda esta temporada será trascendental para su vida profesional y personal. “Este 2015 es un año definitivo, crucial. Cada vez salen menos oportunidades para torear y a medida que pasan los años las condiciones que ofrecen en las contrataciones son peores. Si no logro salir adelante ahora todo se va a poner demasiado cuesta arriba”, reflexiona Ángel Teruel. “El camino me está resultando largo pero cuando empecé a soñar con ser matador de toros nadie me dijo que la travesía fuera a ser fácil. Es verdad que quizás me esté resultando bastante más difícil que a otros, cada año tengo que comenzar de menos cero. Pero no me quiero quejar, hay toreros en situaciones peores que la mía”, argumenta.
