Madrid en estado puro. Producto exclusivo. Interesante y necesario. Un día rompe los pronósticos y el siguiente los nervios. A todos menos a uno, a Manzanares empeñado en su postura caballerosa y elegante, ante el toro difícil y ante los micros en caliente. Pues ni por esas. El alicantino a lo suyo. He estado muy a gusto… Entiendo que no guste a todos… decía allí mismo cuando aún resonaba la gresca, acción reacción, entre las dos Españas iba a decir, mientras más silbaban unos más aplaudían los otros, pero mejor digo entre los que militan en el fanatismo y los que se acogen a la fe, entre los que trituran y los que crean que en este caso acabaron imponiendo su criterio. Oreja y tema sobrado para avivar la polémica. Le volverán a esperar con sed de revancha. Algunos simplifican la escena. ¡Como a su padre…! dicen, pero habría que decir que como a su padre, como a Dámaso, como a Capea, a Paquirri… o al mismísimo Guerra ¡En Madrid que atoree San Isidro!, dicen que dijo el Califa, o a Ponce o a Juli por acercarnos más en el tiempo. El nuevo Manzanares no debe desesperar, si resiste triunfará, condiciones tiene.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1965
