Escapa a mi entendimiento o acaso es que no me sé explicar. El asunto sobre mi posición con la suerte de varas. Lo que opino, si es que opinar no es delito o si es que opinar distinto provoca esas reacciones tan exultantes e insultantes. La suerte de varas, tal y como hoy se practica, pocas veces significa lo que desea significar y pocas veces favorece al toro y, por tanto, al toreo. Y por tanto al público. Todo lo que no favorezca al público no me interesa. Pero, por partes. La suerte de varas es una parte de un todo, en concierto, un tercio de tres partes. No es la lidia en sí. No es un todo.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1966
