Fotos: ARJONA
Ponce fue silenciado tras acabar con el primero, un toro cuya muerte brindó a El Mangui y que no dio buen juego. El astado se quedó corto y embestía rebrincado, a media altura y con guasa. Ejemplar de aviesas intenciones por los dos pitones. Ponce, sin opciones, mató al tercer intento de una estocada sin puntilla.
El cuarto fue un toro burraco que resultó encastado, noble, que repitió en la muleta, derribó en el caballo y le plantó cara Ponce en una faena exquisita, sobre todo sobre la mano derecha. Por ahí compuso bien la figura el valenciano en el marco de una faena elegante, cadenciosa, rítmica, coronada con las poncinas marca de la casa. Tenía el triunfo en la mano, pero dos pinchazos y uno más sin soltar redujeron el premio a una vuelta al ruedo tras leve petición de oreja.
En el segundo, las únicas palmas las escuchó Morante toreando con compás a la verónica. Empujó el toro en una vara pero, a partir de ahí, sacó genio e impidió el lucimiento del sevillano. El astado persiguió a Lili, que estuvo a punto de ser cogido de no ser por el buen quite de Carretero. El toro tenía peligro sordo y Morante quiso, incluso le buscó las cosquillas, pero el de Santiago Domecq llevaba la cabeza por las nubes y ahí acabó todo. Tres pinchazos y estocada perpendicular dieron paso al silencio.
No tuvo opciones ante el quinto, que se paró en la muleta tras la primera serie. Lo mejor del sevillano llegó de nuevo en el saludo capotero, con verónicas rematadas con chicuelinas en los medios. Mató de una estocada y el público le obligó a saludar.
Dos orejas cortó Talavante del tercero, el mejor ejemplar de la primera mitad del festejo. Fue éste un astado que sacó más recorrido y se prestó más al lucimiento. El extremeño lo saludó con verónicas a pies juntos y, tras el puyazo, ejecutó un quite por chicuelinas en los medios. Arrancó por estatuarios también en el centro del platillo e improvisando con muletazos por la espalda. Faena alto nivel, cimentada sobre el lado derecho y concluida de una estocada. Aunque el puntillero levantó dos veces al toro, fue premiado con el doble trofeo.
El sexto completó el mejor lote de la tarde: el de Talavante. El extremeño, que brindó a Fermín Bohórquez, toreó bien a la verónica. El toro tuvo clase y permitió toreo largo, templado y despacioso a cargo de Alejandro, que coronaba las series con airosos remates. Se le vio centrado al espada en una faena limpia, coronada de pinchazo y estocada sin puntilla. Sumó un nuevo trofeo.
Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 6 de junio de 2015. Toros de Santiago Domecq, bien presentados y de juego desigual. Mejores 3º, 4º y 6º. Más complicados 1º y 2º. Parado el 5º. Enrique Ponce, silencio y vuelta al ruedo tras leve petición; Morante de la Puebla, silencio y saludos; y Alejandro Talavante, dos orejas y oreja. Entrada: Más de tres cuartos.
