El adiós a los toros de Canorea en Sevilla es una mala noticia. Es mala por varias razones. Una, porque lo hace por razones de salud, cuestión que revela algo forzado y forzar a un hombre es asunto de fea discreción del destino. Los hombres deberían ser libres de todo para decidir qué hacer. Por otra parte, se va del dúo que encabeza Pagés, el más extravagante pero el más lúcido. El más verbal pero el más apegado al toreo. El más malo oficial, pero el que, un día en la grada de prensa de Sevilla, afirmó: tienes razón, estoy de acuerdo contigo.
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