Canorea se ha desvinculado de la Empresa Pagés dejando su parte de la misma -la mayor- en manos de su cuñado Ramón Valencia. No voy a hacer leña del árbol caído. Ni sería justo ni está en mi condición. Dice Eduardo Canorea Pagés que el veto de las figuras a la Maestranza ha significado para él un serio desgaste físico y moral. Y es probable que así sea, porque sufrir en las dos últimas ediciones de la Feria de Abril la puesta de espaldas de la flor y nata del toreo a tan emblemática plaza, es lógico que suponga un trauma psicológico que acabe minando la salud del empresario responsable de su organización. Máxime cuando los toreros no han ocultado que el escollo principal para su contratación fue la manera de producirse del hijo del gran Diodoro, cuyo talante tanto contrasta con el carácter dialogante y bondadoso de su padre.
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