Hace 30 años que Pablo Hermoso de Mendoza debutó en Pamplona. Desde entonces y hasta ahora, sólo ha faltado un año y por decisión propia a una plaza en la que se siente arropado por sus paisanos y en la que ha encadenado tardes históricas. Sus triunfos fueron clave para que la Casa de Misericordia implantara el cartel de rejones en los Sanfermines. El estellés llega a la capital navarra en un año en el que sigue triunfando a golpe cantado, haciendo gala de su eterna maestría y defendiendo su sitio ante los jóvenes que llegan con hambre de triunfo.
LA PREVIA: Un aperitivo de lujo
GANADERÍAS: Tres clásicos y un debut
- “En Pamplona me siento como en mi casa, rodeado de mis paisanos, pero la repercusión que tiene hace que la responsabilidad aumente”
- “Con la crisis pensé en parar, pero me pareció una actitud egoísta, todos debemos arrimar el hombro. Ahora siento que el público está volviendo a las plazas y eso me llena de ilusión”
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