Se expresa frente a la grabadora con la misma claridad que delante del toro. Alberto López Simón emana claridad. Un torero muy puro, muy auténtico. Sólo él sabe lo que le ha costado llegar hasta donde ahora se encuentra. Reconoce que el camino artístico y psicológico ha sido tortuoso, duro y lleno de espinas, pero que ahora navega en el mar de la libertad creativa y de la felicidad emocional. Sincero, abierto, pasional e intimista a la vez. Un torero que no deja indiferente. Un tío que merece la pena.
- “No me paro a pensar si soy uno de los protagonistas del año. Sirve de poco. Siento que me encuentro bien con el toro, que estoy haciendo cosas puras y de verdad y con eso me quedo”
- “Lo que rodea al toreo más allá de la relación entre el animal y el hombre es arcaico, casposo y no me llama la atención para nada”
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