NOVILLADA DE TEMPORADA

Notable Miguel Ángel León, oreja del sexto en Madrid

El sevillano brindó a Morante su faena del triunfo
Aleyda Baz
domingo 16 de agosto de 2015

VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO

GALERÍA FOTOGRÁFICA DE JULIÁN LÓPEZ

Fotos: JULIÁN LÓPEZ

Lo mejor de la tarde llegó en el sexto. Miguel Ángel León cortó la única oreja de la tarde. Tras un buen recibimiento capotero y el brindis a Morante de la Puebla, presente en el tendido bajo del 8, el sevillano consiguió los mejores muletazos de la tarde ante un ejemplar noble y con calidad. Le faltó fiereza, emoción, pero lo puso el torero. Pasajes de nota, pero con más estética que ajuste. Con unos centímetros más cerca hubiera ganado en calidad y profundidad. Aun así, firmó buenos pasajes, que remató con manoletinas y una estocada entera. Oreja.

También fueron buenas y sinceras las intenciones de Miguel Ángel León, que recibió al tercero a portagayola y también brindó al público, pero se encontró con uno de Dolores Rufino flojo y soso. León logró algunos muletazos buenos, por el derecho, con suavidad y mimo. Pero fueron un espejismo. La falta de fuerzas y contenido anularon las embestidas. Con un pinchazo y descabello acabó con él el sevillano. Silencio.

Silenciada fue la labor de Álvaro Casillas en el primero de la tarde, de Dolores Rufino, un novillo encastado, algo justo de fuerzas pero con ganas de embestir. Sin embargo, a pesar de haber dejado buenas verónicas y tafalleras (y un quite de Vicente Soler), el denominador común en la muleta fueron los enganchones. El novillo metía bien la cara pero se encontraba con la tela antes de acabar el pase. Aprendió por arriba y, por el izquierdo, además, se quedaba más corto. Destacó una tanda por el derecho, de las últimas, cuando uno no enganchaba y, el otro, templaba. La estocada, baja y atravesada, requirió del descabello.

Lo mejor del cuarto, el brindis a Morante de la Puebla. Porque el de José María López se hizo el dueño del ruedo al principio de la lidia. Un manso de libro que recorrió el ruedo y se emplazaba sin que nadie fuera a su encuentro. En varas, de nuevo, desorden, llegando Mario Herrero a picar casi en los medios del ruedo. Pero llegó el momento de la muleta y algo pudo sacar Álvaro Casillas a base de dominar los derrotes y aguantar miradas. Poca cosa. Actitud, eso sí. Por encima estuvo el de Talavera. Lástima que falló con los aceros. Silencio tras dos avisos.

De más a menos fue la faena de Vicente Soler al segundo. Puso todo de su parte el castellonense: variedad de capote, que ha compartido con un quite de Miguel Ángel León, banderillas y un inicio de faena en los medios, dejando que se viniera el novillo. Y éste fue una vez, y otra, y otra. Hasta que dijo "vale". Transmitió, tuvo recorrido y nobleza, pero se apagó. El novillo y, en consecuencia, la faena, que terminó con un metisaca y un pinchazo previos a la estocada. Palmas.

Con una larga cambiada de rodillas en el tercio recibió Vicente Soler al quinto, un novillo de Dolores Rufino deslucido y con poca transmisión. Todo lo tuvo que poner el de Burriana, ya desde las banderillas. Por el izquierdo, tenía que ser de uno en uno y, por el derecho, admitía alguno más y permitía que el novillero se confiara. Pero cuando lo hacía, le buscaba. Lo mató de una estocada trasera y desprendida que pidió descabello. Silencio.

Madrid, 16 de agosto de 2015. Novillos de Dolores Rufino y un remiendo (4º) de José María López. El primero, encastado a menos. El segundo, noble y con transmisión pero a menos. El tercero, flojo y soso. El cuarto, manso con genio. El quinto, deslucido. El sexto, noble y con calidad. Álvaro Casillas, silencio tras aviso y silencio tras dos avisos; Vicente Soler, palmas y silencio; y Miguel Ángel León, silencio y oreja. Entrada: Menos de un cuarto.

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