Se hizo el milagro! No era tan difícil. Sólo dependía de la existencia o no de voluntad política para apretar el interruptor de la realidad. Lo ha dicho Pérez Rubalcaba a nuestros “siete magníficos”: Interior y Cultura, de común acuerdo, han decido el traspaso de la Fiesta Nacional al segundo ministerio. El toreo es un arte, ergo no tiene nada que hacer bajo la tutela del mismo órgano de gobierno que tiene por misión prevenir el delito y detener a los delincuentes para ponerlos a disposición de los jueces. Era de cajón. Tal injusticia era una simple reminiscencia de la dictadura felizmente fenecida hace tantos años.
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