La estrategia del nuevo Ayuntamiento de Palma de Mallorca ha comenzado un proceso para la prohibición de las corridas de toros idéntico al que se siguió en Barcelona. Sólo ha alterado los tiempos. Declaración antitaurina de la ciudad (irrelevante en todo sentido), poner trabas administrativas para la celebración de alguna corrida, y, por fin, modificar la Ley de Defensa de los Animales de esa comunidad, añadiendo la Tauromaquia como maltrato a los mismos. Ese fue el primer paso que se hizo en Cataluña, seis antes de la prohibición. Además, para hacer las cosas un calco, como en Barcelona, la plaza de Mallorca es de Balañá. RIP.
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